jueves, 16 de septiembre de 2010
Espiral…
El mundo tiene esa extraña manía
de darle formas a las circunstancias.
La vida, (según dicen)
gira en un círculo perfecto.
Se inventaron también
la teoría de las mentes cuadradas
y la complejidad
de las relaciones triangulares…
Así que, - siguiendo con su psicopatía -
empecé a investigarme una manera
de figurarte en mi universo.
Volví por horas
a las viejas clases de primaria,
y deje que los prismas
se desbordaran en mi memoria…
… No, no tuve fortuna.
Luego, salí a observar el cielo,
ese lugar donde la gente con mucha imaginación
y pocas cosas que hacer,
encuentra figuras desbordándose en las nubes.
No, no te encontré entre el dragón,
la flor y las mujeres que me saludaron
antes de volverse humo blanco.
Decepcionada me hice a la mar,
donde creí que la profundidad del Océano
tendría alguna figurilla desconocida
que te describiera a la perfección.
… Pero todas sus formas
Habían sido descubiertas ya.
Fue cuando comencé a girar en mi cabeza
y tus recuerdos, tus fotografías, tú voz,
tú yo completo, tácito
dejo clara la espiral que eres en mi vida…
…El final sin salida,
el circulo que promete una conclusión
y que de pronto, de último momento,
se retuerce en otra línea oblicua
Eres justo eso,
un punto entre tú y tú
que se aleja inevitablemente.
Un tú y yo
que giramos progresivamente
en torno a lo que creemos existe.
Un nosotros,
embaucados en la teoría
de que la espiral
dejará de girar por un momento.
Somos pues,
una circunstancia
destinada a no encontrarse,
una figura plana…
…Una manía para pasar la tarde.
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