jueves, 17 de julio de 2014

A destajo...


De amor nos hemos muerto todos
y  todos, o una inmensa mayoría
nos hemos resucitado.

Por eso es que yo creo
que el mundo está lleno de locos suicidas,
que habiendo probado la muerte un día
van buscando enamorarse de nuevo.

Aletargados entre letras asesinas
o sacudiendo el esqueleto en fiestas parisinas,
allí, se van exponiendo los corazones,
solicitando dagas afrodisiacas
que maten de nuevo más profundamente.

De amor, nos hemos muerto todos
y también a todos,
(los que nos volvimos a respirar la vida)
nos ha gustado morirnos

Por eso esa agonía constante
de buscar nuevos martirios,
homicidas frescos,
maneras de morir distintas.

Es la muerte lo que nos mantiene vivos.
La angustia de encontrar una muerte más lenta.
La perseverancia de morir más despacio.

Somos todos
coleccionistas de corazones defraudados,
 lecciones no aprendidas,
de destinos desgajados.

Hemos todos
en este proceso de vida
muerto...

... Y matado a destajo.