viernes, 12 de marzo de 2010

Hay soledades…


Hay soledades que me aturden en medio de la gente,
que me encuentran rodeada de sonrisas
y logran hacer un eco profundo
a la mitad del murmuro colectivo.

Hay días
que encuentro a la soledad tan sola
que soy yo la que le estira la mano…

… Así vivimos
en comunión enfermiza
con nuestra patología permanente.

Hay soledades que me he encargado de buscarlas
y otras, que me han llegado solas.

Hay momentos
donde ella fue la protagonista de mi historia,
yo caminaba o dormitaba en el limbo mientras tanto…

…Hay noches enteras
que ella podría contar mejor que yo inclusive.

Hay soledades que me han acompañado toda la vida,
tan vacías,
que desistí en mi intento de llenarlas.

Hay soledades que me encuentran en medio del ruido,
a la mitad de una noche de tertulia,
en la estrofa de la canción más triste,
y me encuentra tan sola…

…. Que me estira la mano.