martes, 6 de julio de 2010

Hay noches ...


Hay noches poco precisas,
más largas que de costumbre…

…Y más vacías también.

En ocasiones,
se dejan acompañar por gotas de lluvia
que azotan a los oídos,
aturden a los remordimientos
y te comen las ideas.

Otras, solo se hacen presentes,
te envuelven en sus silencios,
te arrebatan la locura,
te mantienen desesperadamente sólo.

Hay noches,
que no entienden el estado cíclico de la vida,
y permean de oscuridad
las zonas iluminadas del cerebro.

Esas,
son los ejemplos de que los claroscuros no existen,
que cuando una noche se decide a ser negra,
no hay luz intensa, no hay gama de colores…

…No hay auroras boreales.

Existen las que están llenas de voces,
gritos desequilibrados,
pasiones perdidas,
soledades mordaces,
e imágenes de inframundo.

Y están también
las que te llenan de letras,
de palabras perdidas en el inconsciente
que histéricas,
te salen a borbotones de las manos
sólo para irse a escupir las unas a las otras.


Hay noches
Que te abrazas a ti mismo…

…Y otras, que alguien más te abraza.

Entre algunas de esas noches
( y de esos abrazos)
existen las que recuerdas muy poco,
e inclusive, algunas que no te dicen
absolutamente nada.
Y existen por supuesto
las que ahora solo pernoctan
en el crepúsculo de tus recuerdos.

Están las que te llenan de luna,
de magia blanca - o negra –
según sea el caso
y sus necesidades.

Las que te abordan
en el más plalusible romance,
esas que vuelven celosas a las estrellas
que invitan a investigar a los curiosos,
y que transcurren sumergidas en una mirada.

Están las noches
que empiezan demasiado tarde
y las que no debieron llegar nunca.
las que merecen unas gotas de olvido
y por las que se brinda para no abandonar.

Noches que te encuentran
rodeado de amigos,
y las que te buscan
en la más amarga soledad.

A veces,
también hay noches como ésta …