jueves, 18 de febrero de 2010

Relato decadente...


Es necesario
caminar en los abismos letales del mundo,
adentrarse en las tabernas
y beberse los miedos de un trago,
hablar con extraños,
besar a desconocidos…
…Agonizar en camas ajenas.

Es Inevitable,
perder la cabeza un par de horas,
cantar la melodía más triste.
Llorar sin razón aparente
y morirse de amor un rato.

Es suficiente
que alguien entienda el color de los sueños,
el dolor de los años,
el peso de la histeria
la locura de los pasos.

Es real,
despertar con sabor amargo en los labios,
intoxicarse de noticias,
darle un sorbo al café,
esperar que la vida suceda.

Es preciso,
confundir a la soledad con un rato de compañía,
tomarse un vino de tu melancolía
y saborearnos deliciosamente viejos e insanos.

Es necesario, inevitable, preciso,
sacarte de mi realidad insuficiente.
de la vida que no pasa
de la historia que no sucede…

Es inevitable, irreal, insuficiente,
mantenerse cuerdo, vigente
mientras se es juez y testigo
de un relato decadente.

domingo, 7 de febrero de 2010

Silencio derramado...


Morirse
es dejar de sostener el aliento,
dejarse olvidado en el limbo,
perder el movimiento
quedarse sin fuerzas…

…Dormir profundamente.

Caminar quizás en direcciones que los otros,
los vivos, no entendemos.
es soltar el alma
y liberarse en un respiro.

Es casi del color
de un atardecer nublado,
y tiene por demás
un aroma a velas, a soledad,
a hastìo en las venas...

...Y es que las venas, tambièn huelen.

Es la idea más concreta del ser humano
el destino final,
la seguridad de que algo nos espera
y el temor de que alguien nos reciba.

Morirse,
màs allà de la tràgedia de la vida
y de los que se quedan,
es un saborcito a experiencia,
a milagro consumado
a leyenda que no muere,
a silencio derramado.