lunes, 1 de agosto de 2011

Incontenible…

Hoy la vida me olió a tu sonrisa,
a todas esas tardes de infancia
que se impregnaron en mi memoria.

Tengo tu sazón en los labios,
tus ojos en mis ojos
y nuestros secretos
musitando a los alrededores.

Hoy,
tu voz se me metió a los oídos
y retumbo tan fuerte en mis adentros,
que tuve que pensar fuerte
para escucharme.

Esta mañana
me supo a caminatas frías,
a leche hervida,
a pan de azúcar.

Sentí el apretón de tus manos firmes
en mis huesos blandos
y viví de nuevo el amor
que se te escapaba desde el fondo.

… Sí, eras incontenible.

Hoy la vida me olió a ti
y camine contigo.
Pasos chiquitos para no caernos,
ritmo adecuado
para no trastabillar.

Hoy no tuve posibilidad de extrañarte.
Me amarré al sonido de tu risa,
sumergí los labios en la leche tibia
y me bebí nuestros recuerdos…

…Aquellos que nos hacen vivir eternamente,
esos que te mantienen siempre adentro.