miércoles, 27 de junio de 2007

Los estragos de la final.

Era dómingo de fut y la idea de ver la final México - E.U.A me tenía en evidente extasís, a pesar de que según estadísticas, México no había logrado ganar un sólo partido contra el equipo gringo... Pero eso era lo de menos, yo estaba felíz por estrenar mi playera verde que me identificaba de inmediato cómo una buena seguidora del equipo azteca.

Desde el inicio debí augurar un temible desenlace, cuando al llegar al restaurante "Pepe Coyote" (he decidido quemarló) las mesas estában ocupadas, lo cual sólo nos dejaba la oportunidad de pasar al segundo piso, donde las televisiones de unas 12 púlgadas y un nivel de audiencia apenas permitido para el frágil oído cánino no nos dejaban analizar la jugada, entender los movimientos, disfrutar pues, el partido.

Obvio no me iba a quedar con los brazos cruzados, por lo que haciendo uso de esas técnicas que hoy agradezco tanto al sexo femenino, solicite a los meseros que en cuanto se desocupara una mesa de "abajo" me dijera para "hacer un movimiento estratégico en la banca".

Mientras tanto y cómo ya moríamos de hambre decidimos órdenar uno de esos deliciosos alambres de pollo que sirven en el lugar, en calidad de úrgente.

Minutos después se acerco un afable mesero a invitarme a pasar al primer piso porque se había desocupado una mesa... La suerte paracía estár cambiando.

Sin embargo, al llegar a la mesa en cuestión, me vi rodeada de individuos con cabellera rubia y ojos multicolores... el enemigo en territorio mexicano... igual que en la cancha. Por sí fuera poco, el primer y único gol de la selección lo vi sólo en repetición pues ocurrio en el momento en que yo iba bajando las escaleras del lugar.

Las cosas no se pondrían mejor cuando escuche al mesero que ahora nos atendería con un malhumorado: "¿es todo lo que van a pedir?" ¡ufff!

El transcurso del segundo tiempo, se me fue entre suspiros, gritos y desilusiones, sólo para no sentirme mal, decidí pedir all mesero una órden de tacos al pastor, pa´ que no se quejára... y allí empezó la verdadera tragedia.

De entrada, la carne estaba medio fría y además tenía un saborcillo extraño, entre huevo y echado a perder... aún así me zampé toda la piña y unos pedasitos de la mencionada carne, hasta que de plano sí supo muy raro.

Haciendo técnica de mis niveles ólfativos, descubrí que aquel platillo no era exactamente muy fresco, por lo que el mesero rápidamente se acercó y zampándose él lo que quedaba de carne, me éxplico que la carne estaba buena, que sí no fuera así él no se la comería...

Pero mejor allí deje la experiencia del pastor... Hasta donde yo tenía idea.

El partido, que debería ser ya un clásico (por aquello de que México pierde siempre) terminó con un penoso 2 - 1 y yo, con un desagradable sabor de boca... y ésto de forma literal.

Al día siguiente de aquella penosa experiencia, decidí desayunarme aquella gordita de chicharrón que me observaba desde el fondo del "refri" debo aceptar que caí ante su mirada suplicante.

Está pues, no sería una anecdóta sí no dijera que la tarde de aquel mal afortunado instante en que decidí caer en las garras de "la gordita" comenzé a sentir mi piel agrietada, con salpullido y comezón, razón por la cual tuvé que encontrarme frente a frente con el doctor, quién me aúguro un cuadro de intoxicación leve.

¿Leve? Tal vez se lo creería, sí en este preciso instante mi piel no pareciera bolsa cara de boutique... Tengo la cara con una extraña combinación de piel de cocodrilo y piel de vívora.


Así que sólo me queda esperar que mi queja llegue a altos directivos de la CONCACAF por aquello de que dicen, que cómer puerco y enojarse hace daño al cuerpo... ¡Y mira que sí me hizo enojar el resultado de la selección!


Y por otro lado, de verdad espero que el mesero gorrón, tenga la piel igual o peor que yo...

jueves, 14 de junio de 2007

escribir...

Hasta hoy, no tenía ni idea de la función de un blog ¿Por qué? bueno... Porque no me interesaba.

Y no me interesaba porque no lo conocía, o por que sencillamante no había descubierto que es un "lugar" sumamente intimo que puedes hacer público sin sentir pudor alguno.


Hace meses ya que no escribía.... Es decir, escribo todo el tiempo, pero no el sentido, no en la extensión de la palabra.


Y para eso es este blog, para escribir cosas reales y ficticias, de ensueño y de miseria, de aquellas que a nadie le importan o que todo el mundo ve.

Para comenzar a escribir mi propia columna de opinión, para ser leida, retribuida, comentada para creerme escritora de vez en cuando...