jueves, 3 de septiembre de 2009

batallas al tiempo.

Cada día te veo añejándote un poco más,
volviéndote más cara para la vida
que se cobra en tus pasos lentos
en tu mirada cansada,
la felicidad de años acumulados.

Cada día tengo más miedo,
y reprocho haberte conocido tan tarde…
razón por la cual te ataco con preguntas
la mitad del tiempo incomodas.

Entonces me bebo tus palabras
para después contarlas como propias,
busco en tus reacciones mis respuestas
encuentro mi coraje en tu entereza
y me fascino con la curiosidad que compartimos

Cada día te encuentro más cercana a tu fe
que es al final a lo que nos asimos todos.
prendes veladoras mágicas
levantas la mirada al cielo,
y escucho entre tus rezos mi nombre.

…No se sí los milagros los hace Él a quién le pides
o la creas tú con la calidez de tu fervor.

Justo entonces envidió un poco tu certeza
la seguridad que tienes de que alguien te escucha,
y no sé si es que me contagias un poco,
pero levanto la mirada
y pido unos años más.

Cada día último del año
me quedo cerca de ti aunque no lo notes,
leo en tus ojos los 12 deseos de la noche
y sonrío inevitablemente.
Espero a que levantes la copa
y entre palabras mordidas
agradezcas las historias vividas.

Yo, te convierto en mi primera uva.

Hay noches que verte respirar
me llena de satisfacción,
porque descubro que estamos
ganándole batallas al tiempo.

Te encuentro aún cuando no te busco.
En el aire que me empapa de tu aroma
entre las voces grabadas en mi memoria,
en el agua de limón,
en un plato de sopa

Cada día nos veo añejándonos juntas,
llenando de sazón nuestras vidas.

Regalándome felicidad acumulada
que ya se cobrarán los años.

4 comentarios:

Juliana dijo...

Que lindo escribes. Leo esto, en un momento de mi vida en el que también estoy en una batalla con el tiempo junto con mi abuelo. La verdad es que yo también ofrezco siempre una uva de las del 31 por él, y por mis 2 abuelas!

iFrankdmx dijo...

Se aprecia muchisimo cuando alguien invita a leer algo que escribió con el corazón, es un texto muy grato y hermoso.

alhanbsideblogg dijo...

La sangre llama y nos comparte el detalle entre tus líneas. Donde el cariño te hace transparente y vemos que no son los años los que las acercan, son las que la separan, pero es la sangre la que llama y las termina volviendo hermanas.

Anónimo dijo...

Me llevaste de la mano a las batallas al tiempo que también ganamos juntas. Y también a ls otras, a las del después. A la victoria de sentir su presencia la sentir que ella también vive en mi. Algunos de mis movimientos, un gesto, incluso la forma de amigarse a la soledad. Nanita.